Conjuro Capital

Común Presencia con el auspicio de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, publicará el próximo mes de diciembre dos libros que recoge la obra de autores nacidos en Bogotá, dedicados a los géneros del Cuento y la Poesía, precedidos por importantes estudios críticos, los cuales se convertirán en memoria imaginaria de la ciudad capital y en objeto de investigación sociológica y literaria de varias universidades. A continuación publicamos una minificción de Colombia Truque Vélez y un poema de Federico Díaz-Granados, reconocidos autores invitados a este proyecto capital.



COLOMBIA TRUQUE VÉLEZ

(Bogotá, Colombia). Poeta, cuentista y prestigiosa traductora. Es autora de: Palabras de sueño y de vigilia (1984), Otro nombre para María, con el cual obtuvo el Premio Nacional de Cuento (Colcultura, 1993) y Poemas al margen (1997).

DISIDENCIA

Como el amor no se parece, ni de lejos, a la felicidad. Como ya terminaron los tiempos de las grandes aventuras y descubrimientos. Como leer se va pareciendo al placer de deshojar la margarita. Como escribir tiene poco sentido, y ninguno para algunos. Como entre ver cine y hacerlo es mejor todo lo contrario. Como en la rumba hay agujeritos por donde se cuela el hastío. Como caminar cansa en esta ciudad de basura y sorpresas crueles. Como dedicarse en esta vida a otra cosa que no sea la existencia es a todas luces imposible. Como imposible es elegir, diga lo que quiera Sartre. Como... y como... y como: Es la ansiedad, me dicen mis amigos.



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FEDERICO DÍAZ-GRANADOS

(Bogotá, 1974). Poeta, periodista, profesor de literatura y divulgador cultural. Subdirector de la revista de poesía Golpe de Dados, autor de los libros de poesía Las voces del fuego (1995), La Casa del viento (2000) y Hospedaje de paso (2004), además de una antología de sus poemas que bajo el título Álbum de los adioses publicó La Universidad Externado de Colombia en 2006.

HOSPEDAJE DE PASO

Nunca he conocido a los inquilinos de mi vida.
No he sabido cuando salen, cuando entran,
en qué estación desconocida descansan sus miserias.
Las mujeres han salido de este cuerpo a los portazos
quejándose de mi tristeza,
en algunas temporadas se han quejado de humedad
de mucho frío, de algún extraño moho en la alacena.

Se marchan siempre sin pagar los inquilinos de mi vida
y el patio queda nuevamente solo
en este hotel de paso donde siempre es de noche