Cartas de los Lectores No. 78

MENSAJE URGENTE AL PRESIDENTE CHÁVEZ. Señor presidente de la República Bolivariana de Venezuela: teniendo en cuenta que nuestros países viven una incesante sangría a causa de las mafias que controlan el consumo y la exportación de droga y que ni siquiera nos vemos beneficiados por el dinero de este sórdido comercio, pues sólo el 14 % de la venta entra a nuestras pobres naciones, creo que usted es el único mandatario que tiene el respaldo colectivo y el carácter para liderar la Legalización Mundial de la Droga tan urgente para detener nuestra devastación. Por tanto le propongo, con todo respeto, a que abandere esa causa tan necesaria para América Latina. Espero que esta idea fluya entre los intelectuales venezolanos y que un día cercano usted sea el precursor de esta necesaria legalización que permitirá obtener la paz y la justicia social que todos merecemos. Armando Suárez, politólogo ecuatoriano

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HERMANOS CREADORES, desde mi país veo con desagrado la caricatura de Morvoz en el número anterior de Con-Fabulación que tiene un cintillo de Reelección Ilimitada, y a Chávez derramando petróleo; como poeta y creador venezolano veo con tristeza como su reputado periódico del cual somos adeptos, incluye una viñeta donde se evidencia el apoyo a los factores más retrógrados de la derecha en nuestro país, y se hace eco a la manipulación y desinformación que los medios imponen sobre la conciencia de nuestros pueblos. Lo que el soberano acaba de aprobar no es la reelección indefinida, sino el derecho de escoger a un candidato, que deberá ir a una elección para poder estar en cualquier cargo de elección popular. Esta república es grande en la medida que no tengamos limitaciones para las decisiones de la mayoría y éstas decreten su futuro; no como en muchos lugares que conocemos donde el poder del pueblo es secuestrado por cúpulas de gobiernos terroristas que imponen incluso hasta las matrices de opinión. Lo de desenmascarar a Harold Alvarado me parece un acto de nobleza, ya que él ha hecho de la destrucción su oficio; ojalá no contribuyamos nosotros a destruir desde nuestras ideas lo que se construye en Venezuela con tanto esfuerzo popular, al modo en que lo hace ese nefasto personaje, que algún día también recibimos con los brazos abiertos en Venezuela, para que luego mostrara su mezquindad ante un conglomerado que él se place en destruir. Me despido dejando un fraternal abrazo a nuestros hermanos colombianos a los cuales siempre recibiremos con gran respeto y admiración. Hasta un nuevo encuentro, Manuel Esteban González, poeta venezolano

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MUCHACHA QUE CAE. Saludo crepitante para los con-fabulados: En su última edición publicaron ustedes un bello relato llamado “Muchacha que cae”, joya de una sensualidad pícara y soterrada, digna de estar en cualquier museo de crípticas erosiones y llamados de purísima lascivia. Me llama la atención vislumbrar cómo el cronómetro de caída de la dulce y atractiva Martha se asemeja tanto al torrencial y jubiloso abismo del deseo: caída ascendente, pérdida en pos del tesoro esfumado. Qué joya de la ficción erótica, que electrizante y descriptivo coito con la eternidad! Mis afectos extremos para quien escogió este cuento ardiente. Por otro lado, supe de las artimañas de Alvarado Tenorio: No hay que prestarle atención: Es un patán al que le faltó cama, afecto y caricias. Hermosa e ilustrativa la viñeta de Goya que acompaña la nota titulada “Necio manteado”. Sin otro motivo, me suscribo de ustedes. Narda Fiory, psicoanalista argentina

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COMPLACIDO leo cada entrega de Confabulación, cada vez avanza el interés por difundir motivos y expresiones de calidad literaria y estética, con un contenido político que no excluye el libre pensamiento de todos quienes buscamos puntos comunes en torno a la libertad de expresión, Yezid Morales

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ADHESIÓN entusiasta a esta Confabulación de talentos, de lucidez y valentía, ingredientes tan necesarios a la hora en que tantos callan y en que otros consagran su energía a destilar veneno, a la maledicencia y la calumnia. El abrazo fraternal y poético (mejor aún: fraternal, es decir poético) desde Buenos Aires, y por el reencuentro, en carne y hueso y también en papel. Jorge Ariel Madrazo, poeta argentino

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LA CIEGA

Ricardo Rondón (Escritor y periodista cultural)

La ciudad, enorme monstruo adolorido

Se despierta bien temprano a lamerse sus heridas.

En los extramuros de la urbe enloquecida

La ciega, a gatas, se levanta con su fiel sabor a sangre seca.

Conoce su mísero cuarto como a tientas también

Reconoce los recovecos de la cosmópoli y su resplandor de cuchillos.

El rumor del inquilinato en un barrio desamparado

Que paradójicamente se llama La Belleza,

Va creciendo con berrinches de niños y latir de perros:

(No hay pobreza sin llanto de niños ni bullir de perros).

Sobre el fogón improvisado en una lata de galletas

La ciega remata los despojos de una merienda trasnochada.

Alguien, en un lavadero, expone con dramatismo una voz de moribundo

Mientras una ventana abierta vomita rezongos

De Darío Gómez en su canto lastimero de 'Nadie es eterno en el mundo'.

Cuando abre la desvencijada puerta, la atropella el sopor

De una mañana acosada por el estrépito y la fatiga de la vida.

Sabe la ciega de los sitios claves para pasar el sombrero:

El 20 de julio, los domingos, y los semáforos del norte, en días ordinarios.

El sábado descansa para honrar a ese Dios que la ilumina en tinieblas.

Con una destreza asombrosa se mueve por las entrañas del monstruo:

Por sus olores conoce los viaductos. Y por el pálpito y la respiración

De sus habitantes descubre parques, centros comerciales y avenidas.

"El norte huele a rico", dice ella. "Y se escucha mejor el silencio".

En el sur hay un aliento de boca enferma.

El sur es el estómago del monstruo que digiere las piedras.

Con su atado de huesos envueltos en harapos

Y ese caminar lerdo y sospechoso que intimida

La ciega se niega a extirpar de una vez por todas

El fantasma que un día remoto la preñó de tragedia.

Sabe que no puede vivir sin él.

Como el monstruo adolorido sin sus llagas

Como la ciudad sin el paso torpe de la ciega.